El Frontón y Yo

Photo by djletuz.

Ese deporte ágil, veloz, impredecible, osea, para gente migraña como yo.

Mi primer partido fue en la Universidad, institución a la que ingresé para seguir mis estudios de ingeniería pero que en los primeros ciclos pasaba mas tiempo en las canchas que en el salón de clases. Al inicio era un fiasco, no lograba darle al "puntito verde", en referencia a la enorme pared verde de frontón y jugaba con paleta prestada, esperaba media hora entre partido y partido, cuando finalmente llegaba mi turno era humillado en menos de cinco minutos.

Con el devenir de los partidos mi juego fue evolucionando, entonces le compré a un amigo su paleta de frontón, 10 soles más un cassette original de los smashing pumpkins, sirvió para cerrar la operación, decoré la paleta con graffitis de nombres de las bandas de rock que en ese tiempo daban sentido a mi agitada vida musical; poco a poco me fuí ganando el respeto de mis compañeros, tras cada partido era cada vez más dificil ganarme y empezaban a retarme.

Fui desarrollando mi propio estilo de juego, tenia la particularidad de levantar sutilmente mi pie izquierdo cada vez que sacaba o contestaba agresivamente para darle con efecto a la pelota, mismo chico "delicadito", fui desarrollando mi estilo "gay" de juego, debo confesarlo, a veces exageraba, talvez se veía raro, es más me lo hacian notar, pero no lo podía controlar, se había vuelto un tic innato en mi juego, además le daba equilibrio a cada paletazo que atestaba contra la pared, al menos eso usaba como justificación.

A los dos meses, me dí cuenta que no iba a clases, iba a la universidad solo a las canchas, sudar a chorro, volverme más negrito por el sol y claro cero asistencias a clases, 20 examenes no rendidos, trabajos no presentados, me convertieron en uno de los peores alumnos de clase, pero no me importaba, mi pasión era mas fuerte.

Luego de debatir con mi conciencia y una aventada de madre de parte de mi padre, decidí hacer un break, empecé a priorizar entre los estudios y el deporte, a mejorar mis notas, ese primer ciclo terminé invicto y con una racha de 168 partidos sin perder.

Pasó el tiempo, me empezó a gustar la carrera. No encontré una asociación profesional a la que inscribirme, participar en campeonatos, los muy pocos se realizaban en lima y así fuí abandonando toda forma de actividad física, (mas no así la física que luego terminé odiándola)... pero mi talento siempre se mantuvo intacto.

Mi bien ganada fama transcendió las fronteras, cada vez que me asomaba a las canchas, "los nuevos", se acercaban a pedirme que juege contra ellos, como yo ya no llevaba conmigo mi paleta en la mochila, me ofrecian las suyas.

Recientemente estuve de vacaciones. Un día me levanté con ganas de jugar , no me importaba si era contra mi mismo, pero esa mañana salí disparado a la tienda, me compré una pelota de frontón y fuí a la universidad. El primer día jugué solo, un desconocido sentado en una de las bancas me miraba despistado como corria tras la pelota para recogerla, pero no perdí las esperanzas, volví al día siguiente y allí estaban unos muchachos, resultaron ser estudiantes de la misma carrera la cual yo había culminado años atrás a empujones, fueron dos semanas intensas, volví a hacer nuevos amigos, me dí cuenta que no había perdido mi tiempo en las canchas, al menos sirvió para en este deporte destacar...

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