sábado, julio 21

He llegado a tocar el cielo


Photo by djletuz.

Me levante temprano, o casi, eran las 9 de la mañana, un día soleado en Cajamarca, hoy voy rumbo a Cumbemayo, nuevamente al destino donde las rocas toman formas humanas, donde la imaginación se confunde con la realidad.

Entre mis cosas llevo una cámara que no es la mía, me siento en primera fila, para privilegiar el panorámico ascenso. Durante el trayecto, el guía va narrando las historias que envuelven a la ciudad, yo voy distraído con mi mp3, escuchando el ultimo disco de Paul McCartney, cada vez que nos vamos aproximando, las nubes parecen acercársenos, hasta puedes distinguir claramente que algunas vienen cargadas de agua, dispuestas a azotarnos por algunos instantes con sus galopantes gotas, pero hoy el sol esta imponente, el rey domina el cielo, y al parecer se impondrá para no opacar nuestra visita al bosque de piedras de origen volcánico.

Después de una hora, al fin hemos llegado, el paisaje es imponente, gigantescas piedras que ya uno quisiera imaginar han sido colocadas a propósito por una raza superior extraterrestre, nos saludan, ni bien llegamos las primeras piedras parecen formar una calavera humana, el guía nos agrupa a todos, menos a mi, yo ando dando vueltas de un lado a otro, admirando cada detalle, pero nos advierte que cruzaremos una cueva, no es peligroso, pero impacienta, todos queremos llegar hasta allá.

Junto conmigo van una pareja de españoles, al principio pensé que eran gringos, porque no se les entendía ni mierda, talvez ingleses, por lo masticado de su pronunciación, fallidamente intentaba traducir lo que decían, pero el lenguaje no me era familiar, cuando me he sacado los auriculares me he dado con la sorpresa que eran catalanes, con razón. También van con el grupo dos familias y un futbolista dopado, porque hay que estarlo, para subir a 3,500 mts sobre el nivel del mar, con short y polo sin mangas, hay que estar bien dopado o ser cojudo, yo como soy buena gente, he pensado que ha ido dopado.

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Durante la caminata, encontramos piedras que daban formas a personas, animales, cosas, yo como ando con la fiebre de los Transformers he buscado alguna figura de un robot, pero por mas hierva que he fumado mi intento ha sido inútil, lo que si hemos visto es un doberman, unas monjitas alejándose, unos frailes acercándose a las monjitas, un pirata, un sapo a punto de brincar, un beso platónico y una roca que nos mandaba a la mierda, porque su mano estaba empuñada con el dedo medio levantado.

Lo mas hermoso ha sido que he visto a chocolata, aquella ovejita mamona de mi aventura anterior, recostada en el medio del suelo verde acompañada por su dueña, una chiquita de 12 años, quien sostenía en su mano un biberón, he tenido que darle su propina, pero me ha dejado nuevamente amamantar a chocolata, en la repetición esta el gusto.

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Luego, siguiendo el camino del canal, hemos llegado nuevamente al punto de partida, medio día de recorrido bajo el sol radiante, me ha dejado bien bronceado, cuando regrese a Chiclayo, ya imagino a mis amigos creyendo que he estado en algunas de las playas del sur, pero no, solo estuve un buen rato bronceándome recostado en cada piedra que encontraba en mi recorrido por Cumbemayo.

domingo, julio 15

Mi entrenador cree que soy Arnold Schwarzenegger


Photo by gardelfotos.

Lo siento gran público por mi abandono, por mi esporádica dejadez de volver a escribir siquiera algunas líneas para mantenerlos en vilo con este su pedazo de blog, pero esta semana mis neuronas se chamuscaron, colapsaron, big ban producto del esfuerzo físico al que soy sometido bajo mi complacencia día a día durante 1 hora en el gimnasio, para formar esos pectorales que tanto le gustan a mi vecina y ese poto que tanto añora la Truly.

Llevo ya, aproximadamente dos meses, desde que empecé mi rutina, y los cambios ya se han hecho notar, por ojos cercanos y extraños, mi figura es admirada con deseo por las vecinas que luchan cual pelea de gatas para prestarme su ducha cuando me quedo sin agua en casa y envidia por los amigos regordetes y por que no decirlo también de los flacuchentos. Pero no creen que ha sido fácil, y mucho menos me imaginen con cuerpo de físico culturista, lo mío es mas bien un proceso natural de fortalecimiento sin llegar a la exageración.

Al inicio apenas levantaba 3 kilos y pobres mis bracitos al otro día, parecía robocop oxidado intentando servirme un vaso con agua, y en piernas ni que se diga, cada vez que terminaba la rutina, era una tortura bajar del tercer piso, mis piernitas temblaban, mismo viejito de 80 años caminando apurado para ir al baño, si hasta llegue a ir con bastón todos los martes y jueves que me tocaba hacer piernas. Y cuando hacia abdominales apenas y le podía seguir el ritmo a mi amiga con la que siempre entrenaba:

-Que ya te cansaste, todavía faltan 1,000 abdominales.
-What?
-Si, vamos, recién estamos calentando.
- Fuera de acá!

Me paraba, a veces, porque generalmente me quedaba echado 10 minutos en la colchoneta, mientras recuperaba el aliento y veía como la desgraciada seguía con los abdominales, “ah no!, yo también puedo”, me repetía, pero mi cuerpo era una piedra indiferente a hacer caso omiso a las ordenes de mi mente.

Pero, poco a poco y con paciencia, empecé a notar que podía levantar cada vez mas peso - si quieres aumentar la masa muscular, la idea es levantar mas peso pero hacer menos repeticiones - y así, de la noche a la mañana, yo mismo me sorprendía de mis avances, mi entrenador, que mas bien parece una mole empachada, empezó a notar mi evolución y claro ya no le daba vergüenza entrenarme así que comenzó a dirigir mi rutina, el problema es que el cree que soy Arnold Schwarzenegger.

Me cambio la rutina, ya que según sus profundos conocimientos musculares, mi rutina anterior estaba bien para una señorita decente, yo me he sentido profundamente indignado, pero dispuesto a seguir sus consejos. De los 3 kilos he pasado a las 10, 12 y hasta 16 para hacer brazos, en pecho barra lateral de 5 he pasado a 15 kilos y cuando me toca hacer espalda tras nuca de 24 he pasado a 48, 52 y 56. El problema ha surgido cuando me tocado hacer piernas.

El ultimo viernes llego al borde de la exageración - ahora vas a saber lo que es entrenar piernas – me dejo saber, vamos a empezar con sentadillas con peso, agarro una mancuerna de 12 kilos, la puso sobre mi nunca y comencé a recorrer todo el gimnasio haciendo sentadillas, para cuando iba en la tercera repetición, sobre mi nuca cargaba una pesa 16 kilos, mis piernas apenas y me respondían, a la cuarta repetición ya cargaba una pesa de 24 kilos y sus palabras de aliento se dejaron sentir:

-Vamos, vamos, panchita, fuerza gay!...

Yo no sabía si reírme de cólera o alegría.

- Pareces una niñita, que anda diciendo no puedo!, no puedo!...

Cuando le he oído decir eso, he sacado fuerzas del inframundo y para demostrar mi hombría, he hecho una repetición adicional, fatal decisión que ahora me tiene postrado en una cama, con las piernas mas duras que panetón pasado, a la espera de una masajista que me las relaje…