domingo, julio 8

Kausachum, Machu Picchu


La felicidad es impresionante, al anuncio en Lisboa, el grito del Perú, el grito del Cusco, estallo en jubilo, las calles colmadas, las miradas, los abrazos, las frases de admiración, las luces en el cielo, no importaba si eras lugareño o extranjero, mestizo o blanco, alto o bajo, todos se juntaron para celebrar. La mágica Ciudad de los Incas y orgullo de todos los peruanos, ya es una de las nuevas siete maravillas del mundo.

Lo hemos logrado, no importa si hoy perdemos ante Argentina, esta vez no será el fútbol el que nos ha devuelto la sonrisa, esta vez lo ha logrado la milenaria ciudadela de nuestros antepasados, aquel magnético lugar, acaso el ombligo del mundo, hacer que las miradas de los demás que aun nos buscan con el google maps, aquellos a los cuales nunca les pareció familiar la palabra Perú, mucho menos, Machu Picchu, o Cusco, ahora nos encuentran en el común denominador de entre los destinos turísticos acaso ahora certificadamente obligatorios por visitar.

Y la fiesta continua, y hacia allá voy, para mezclarme entre las razas y buscar desde el ombligo conectarme con mis antepasados. ¿Se animan a ir?