Mi vida sexual

Photo by zimba_leo.

Cuando estaba en la Universidad, conocí a un amigo, Rafael, un adicto de la internet, la usaba principalmente para satisfacer su apetito sexual, enriquecer su vista de chicas con cuerpos espectaculares que nunca tendría en su cama masturbándose imaginando que las poseía y para tener sexo on-line.

El era lo que comúnmente llamamos "un aguantado", alguien que en el plano real reprimía sus deseos, incapaz de mirar directamente a los ojos a una chica en una conversación y menos de lanzarle un piropo a una desconocida que pasara a su vista, sin embargo Rafael no era feo, como mi amigo que se va a casar, al contrario, pero carecía de gracia, las chicas se le acercaban, le hablaban, pero el solo podía responder con frases cortas: "Hola", "Si?", "Claro!", "Yo también"; después de 3 minutos de conversación la chica se aburría y se iba desconcertada, sin embargo en el chat, Rafael era un devorador de mujeres, un casanova, un don juan, un querendón, un amante desenfrenado, no había chica que se resistiera a sus encantos, era tan persuasivo que llegaba a desnudarlas en la primera conversación.

Cuando no tenia acceso desde su casa, iba todos los días religiosamente desde las 7 de la noche hasta pasada la madrugada a las cabinas de su amigo, solicitaba una cabina privada, un six pack y se podía pasar horas y horas frente a un monitor de 19", especialmente acondicionado para un cliente tan exigente como él, mirando videos, fotos y teniendo sexo con cuanta amiguita se le presentara.

Rafael, pero, ¿Y los besos?, ¿Y los gemidos?, ¿Y los abrazos?, ¿Y las palabras de amor cariñosas? Esas cosas no las proporciona el sexo virtual. Esas cosas no te las da la mano. Yo prefiero el sexo real, le decía.

En una ocasión el dueño de las cabinas instalo una webcam, Rafael no podía contener la alegría, ese día se tomaron dos appleton, vamos a echarle el agua bendita me dijeron; desde aquel día la vida de mi amigo dio un giro, a sus conversaciones textuales le adiciono imágenes reales que compartía con nosotros, fue así como conocí a Patty-llévame-al-cielo, LaOrgasMika, Gio-por-atrás-no, La-levanta-muertos, polvo-celestial, entre otras, amantes virtuales de Rafael, quien sabe si ellas tenían vida propia, o eran solo como mi amigo, adictas al sexo.

Hasta que un día, como por arte de magia, termine en uno de esos canales hot de chat, era como estar en un prostíbulo pero sin rostro, tan solo un nick que rebelaba tu grado de apetito sexual, y fue así como conocí a DulceziTa, de pura casualidad.

Después de fogosas conversaciones nocturnas, y de aplicar las técnicas de enamoramiento virtual de mi amigo, DulceziTa accedió a una cita real, la había imaginado de estatura promedio, trigueña, ojos color café, pelo negro, enormes pechos y un trasero redondito, no podía contener la emoción, así que se lo conté Rafael.

Para cuando llego el día, en aquella esquina donde habíamos quedado encontrarnos, DulceziTa era Rafael, el hijo de puta les jugaba siempre la misma broma a todos sus amigos, después de propiciarle un derechazo, me eche a llorar, que se había creído este imbécil para jugar así con mis sentimientos…