Mi amigo imaginario

Escuchando: Daniel Powter - Wasted

"El que te golpees una vez, no debe hacer que te detengas", repetia con fé mi amigo imaginario, cada vez que me enfrentaba a un problema del cual creía no había solución o a una ruptura amorosa que pensaba sería la última.

Lo empecé a escuchar prácticamente sin darme cuenta, debió aparecer cuando era niño, quizá producto de alguna decepción después de cometer alguna travesura, como sentimiento de culpa. No tengo exactamente un ejemplo en concreto porque mi mente rara vez recuerda imágenes de mi infancia.

Pero debe haber sido en mi adolescencia cuanto más hablaba con él, me encerraba en mi cuarto y a falta de algún amigo fiel con quién conversar, él me escuchaba y hasta me daba la solución. No importaba donde ni cuando, siempre aparecia; pero curiosamente no tenia imagen, era solo una voz, tan pausada que transmitia seguridad y aliento a la vez.

En una ocasión, desperté una noche gris, en un lugar ajeno a mis recuerdos, estaba ebrio y agobiado, lo último que recordaba era que había tomado un taxi a la salida de un discoteca; pero ahora estaba ahí, sin celular, gorra y billetera, en medio de la nada, aturdido sin saber mi paradero, me invadió la desesperación, empecé a correr sin dirección, hasta que me me detuve:

- No vas en la dirección correcta, me dijo mi amigo imaginario.
- Retrocedí y volví de nuevo a donde empecé.

- Cálmate, debe haber una casa cerca, a donde tocar o descansar, sugirió.

Entonces me ví sentado en las afueras de una casa que no era la mía, pasmado, raro, tristemente invadido por la preocupación de no poder llegar a casa para que mi madre no se preocupara por mí.

- Levanta la mirada, ves aquellas luces, síguelas, exclamó.

Mi amigo imaginario me señalo el camino, finalmente segui las luces de los postes del alumbrado público y logré salir de donde estaba, lo demás es historia.

Hoy volví a estar con él, nos habiamos dejado de escuchar buen tiempo, pero siempre está cuando lo necesito. Yo supongo que todos necesitamos alguién que nos escuche, el mío es imaginario, tampoco estoy loco, bueno, quizás un poco, pero quién no lo está ...